viernes, 10 de junio de 2011

¿Democracia o dictadura?

Veo en Facebook cómo algunos estudiantes de mi facultad se felicitan por el éxito de la manifestación de hoy y también cómo hacen recuento de moratones y contusiones por los golpes que ha repartido la policía. El video reproducido por Público no deja lugar a dudas sobre la proveniencia de la violencia; varios robocops patean en el suelo a un joven indefenso.

La imagen no es nueva; casi no se distingue de las que vimos en las manifestaciones por una vivienda digna en 2007, en las protestas contra la Guerra en 2003 o en tantas otras movilizaciones. Y tampoco será nuevo el resultado: impunidad para los agentes (varios con pasamontañas y todos sin el número profesional visible en el uniforme), detenciones, acusaciones de desordenes públicos, de resistencia a la autoridad (y quién sabe de qué más) y, probablemente, varias condenas con las declaraciones de los funcionarios de policía como única prueba.

Ayer volví a ver, después de muchos años, La noche de los lápices de Héctor Olivera, una película basada en hechos reales que da cuenta de cómo fueron detenidos, torturados y asesinados, durante la dictadura militar argentina, un grupo de estudiantes de secundaria por su militancia en el movimiento estudiantil. Alguien dirá que no se puede comparar las dictaduras con las democracias. Por el contrario, lo que tiene sentido comparar es precisamente las cosas que son distintas; sería absurda una comparación, pongamos por caso, de un bolígrafo bic azul con un bolígrafo bic azul.

Dictaduras y democracias comparten un cierto consenso social de veneración fetichista hacia la autoridad.

El primer elemento que comparten dictaduras y democracias, como cualquier régimen político moderno, es que las tareas de policía están encomendadas a un cuerpo profesional de funcionarios. Quien tramita una denuncia es un funcionario, quien investiga un robo es un funcionario, quien da una patada en la cabeza a un joven en el suelo antes de detenerle es un funcionario, quien aplica la tortura como parte de un dispositivo procesal —ya lo dijo Eduardo Galeano— es sólo un funcionario. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? Hay quien hablaría de convicciones y de conciencia y seguramente nos diría que los policías de las dictaduras son distintos a los de las democracias. Concederemos que quizá sí, hasta cierto punto, aunque la experiencia histórica española dice lo contrario y los estudios de Bauman (Modernidad y Holocausto) y de Arendt (Eichmann in Jerusalem) demuestran que la diferencia entre un funcionario de la democracia y uno de la dictadura está en la autoridad que le da las órdenes. Como sabemos, la "obediencia debida" ha sido la coartada universal de todos los funcionarios que por las paradojas del destino se han visto en el banquillo de los acusados (desde Núremberg a La Haya pasando por Buenos Aires).

La segunda característica que comparten dictaduras y democracias es un cierto consenso social de veneración fetichista hacia la autoridad. La retórica de la "lucha contra la subversión y el comunismo" sirvió para que una parte de los argentinos mirara hacia otro lado mientras su gobierno arrojaba al mar a 30.000 compatriotas. Pues bien, aquellos que criminalizan las protestas de los jóvenes y se escandalizan al ver un contendor cruzado en una calle o una pintada en un banco mientras el paro juvenil alcanza niveles históricos, al tiempo que callan ante los abusos policiales (cuando no los justifican abiertamente), representan el mismo tipo de materia social sobre la que se construyen las dictaduras y sus crímenes.

Cuando la policía del gobierno del talante responde con violencia a los jóvenes que en este país se han tomado en serio eso de la Democracia, los demócratas debemos, al menos, indignarnos. Se atribuye a Ulrike Meinhof haber dicho que los policías no eran seres humanos sino cerdos. Si efectivamente la malograda fundadora de la RAF dijo eso se equivocaba. Es difícil encontrar una institución más universal que la policía a la hora de representar todas las expresiones de la modernidad racional del género humano (virtudes y monstruosidades incluidas).

Sin embargo, tanto a los que toman las decisiones de reprimir como a los que miran hacia otro lado o las celebran, bien debemos llamárselo: ¡cerdos!

----------------------------------------------------------

Artículo de: Pablo Iglesias Turrión, profesor de Ciencia Política en la Complutense.

Diario "Público"

El Pacto del Euro erra en el análisis y las propuestas

Ecologistas en Acción considera que el Pacto del Euro no comprende el contexto de criris energética en el que nos encontramos y pretende mantener el crecimiento de la economía a través de la competitividad, cuando esto es imposible.

La Unión Europea acaba de avanzar el Pacto del Euro. Consiste en una bateria de nuevos recortes a los derechos sociales. Coloca la competitividad como el elemento central para “salvar” la moneda única. Para fomentarla avanza en distintos acuerdos:

- El primero, fomentando por el Gobierno alemán y avalado por el español, es ligar salarios y productividad.

- El control del déficit se pretende que sea una obligación legal, incluso constitucional, en los países euro.

- Habrá un nuevo desplazamiento de impuestos directos, más distributimos, hacia impuestos indirectos, como el IVA.

- Se vuelve a incidir sobre la necesidad de retrasar la edad de jubilación.

- En línea con los famosos Planes de Ajuste Estructural que el FMI lleva implantando en los países del Sur durante varias décadas, se recortán los gastos sociales improductivos (es decir, los servicios sociales).

- Por último, se avanza en el gobierno económico de la UE, con la obligación de presentar planes estatales que tendrán que ser refrendados por la UE.

Estas medidas serán aprobadas, previsiblemente, en el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo.

Ecologistas en Acción considera que la UE, nuevamente, erra su análisis y, por lo tanto, con las medidas que propone. La competitividad no es un problema, la capacidad de aumentar continuamente la producción no es necesaria. Realmente lo que la UE necesita es empezar una transición acelerada hacia un modelo de producción y consumo con cada vez menor volumen.

Actualmente estamos viviendo una escalada de los precios del petróleo importantísima. Esta escalada se produce a raíz de la guerra en Libia, que no llega a atesorar ni el 3% de las reservas mundiales. En realidad, la desestabilización libia no debería generar este importantísimo ascenso del crudo si la capacidad de producción mundial no estuviese en el límite ya. Es decir, que es más que probable que estemos ya en el pico de máxima producción mundial, en el pico del petróleo, y que, a partir de aquí, tengamos cada vez menos petróleo disponible. Por lo tanto, lo lógico es aprender a usar menos, no intentar aumentar su utilización maximizando la competitividad.

En ese sentido las medidas que debería adoptar la UE son del tipo de las que Ecologistas en Acción propone para el Estado español, basadas en una reducción del consumo energético, como vienen recogidas en su informe Propuesta ecoligista de generación eléctrica para 2020.

Sin un combustible barato y disponible en grandes cantidades, como ha sido el petróleo, no va a ser posible mantener una economía globalizada. Por lo tanto, desde esa perspectiva, intentar apuntalar una moneda global como el euro no tiene sentido, máxime cuando se hace a costa de un nuevo recorte de los derechos sociales de la ciudadanía europea.

Ecologistas en Acción considera que los tremendos esfuerzos que tenemos que llevar a cabo en los próximos años deben centrarse en reconstruir una economía basada en los circuitos cortos de distribución y consumo bajo criterios de reducir el uso de recursos y cerrar los ciclos de la materia, consiguiendo que nuestros residuos no sean tóxicos. En este marco, un gobierno económico global de la zona euro será algo poco útil.

Esto va a requerir importantes inversiones. Lo más sensato es que estas inversiones las realice quien más tiene. Por lo tanto es imprescindible una reforma fiscal progresiva y justa que vaya en la dirección contraria a la que la UE está impulsando.

Por último, vivimos en un contexto como el español (extensible al europeo) con 4,3 millones de personas paradas (récord histórico), beneficios de las empresas del Ibex35 de 49.881 millones de euros (récord histórico), y con un aumento de los salarios de los consejeros delegados y principales ejecutivos de las grandes empresas del Ibex35 de un 20% hasta cobrar de media 3,2 millones de euros (récord histórico). En un contexto como ese no son necearios más recortes en las prestaciones sociales, ni retrasos en la edad de jubiliación, sino todo lo contrario.

¿En qué consiste el pacto del euro?



Llamada de una oyente a RNE explicando en qué consiste el pacto del Euro y pidiendo que se de difusión de la noticia y se informe a la gente.



En el parlamento europeo, se quiere aprobar próximamente el llamado "pacto del euro".
Y de este hecho importante no se está hablando en los medios de comunicación.
"Democracia real ya" y los sindicatos europeos van a movilizarse para denunciar que no se apruebe este pacto.

Resumen de la intervención de la oyente en RNE:
Los acreedores en Europa, que son la banca de inversión alemana y francesa, son los que han prestado el dinero a los paises rescatados (Grecia, Irlanda...) y quieren cobrar sus deudas. Para garantizar que no pierden ni un euro de los negocios lucrativos y especulativos que han hecho a lo largo de 15 años.

1) Quieren imponer a los países miembros unos topes en el déficit público y en el gasto social. Esto es reducir el gasto social. Esto va a provocar que el gasto social no se financie.
Los topes van a incluir sanciones si los presupuestos generales del estado se desmadran.

2) La otra petición va a ser que la banca tiene que estar perfectamente saneada y estabilizada, y para ello, los gobiernos tendrán que desviar fondos públicos para garantizar esa estabilidad de la banca, detrayéndolos del estado del bienestar, del desempleo, incrementando la edad de jubilación, etc..

3) Quieren subir los impuestos indirectos: Los carburantes y el IVA

4) Quieren una flexibilidad empresarial ligada a la competitividad y productividad. Darle flexibilidad a las empresas.

Estas medidas antisociales se están aplicando ya en los países rescatados.

El parlamento europeo con estas medidas quiere salvaguardar los intereses de la gran banca y los mercados financieros.


La tercera parte de los ayuntamientos oculta sus gastos al Tribunal de Cuentas


Carlos Sánchez.- 08/06/2011

La gestión de miles de ayuntamientos continúa siendo un arcano. Al menos, para el Tribunal de Cuentas, el organismo encargado de fiscalizar el gasto público. Lo preocupante del caso es que este fenómeno de ocultamiento no afecta sólo a los pequeños municipios. También a los grandes. Según el Tribunal de Cuentas, nada menos que el 18% de los municipios con más de 5.000 habitantes y menos de 50.000 incumple la obligación de rendir cuentas. En el caso de los ayuntamientos con más de 50.000 habitantes, que ya pueden considerarse de cierto tamaño, el 6% tampoco presenta sus números a los órganos de fiscalización. En el caso de los ayuntamientos con menos de 1.000 vecinos, el 27% no reporta sus cuentas a los poderes públicos.

Las cifras proceden del Informe de Fiscalización del Sector Público Local correspondiente a los ejercicios 2006, 2007 y 2008, que fue aprobado el pasado 24 de marzo por el Pleno de Tribunal de Cuentas, y en el que se pone de relieve hasta qué punto se ha generalizado esta práctica.

Incluyendo las entidades de ámbito menor al municipio (alcaldes pedáneos), se estaría hablando de que más de 3.500 municipios españoles continúan sin rendir cuentas en plena era de la información. Y ello pese a que la Constitución establece que “la gestión de cuentas del Estado y del sector público estatal se rendirán al Tribunal de Cuentas y serán censuradas por éste”. No ocurre así en muchos casos, y eso abunda en la idea de quienes piensan que no se ha avanzado prácticamente en la transparencia en el gasto.

El 51% de municipios no presenta sus cuentas para que sean fiscalizadas. Pero es que en el caso de las entidades de ámbito inferior al municipio, el porcentaje llega al 86%. Como pone de relieve el Tribunal de Cuentas, en algunos casos no se trata de pequeñas localidades, sino que son representativas, lo que es todavía más chocante.

En palabras del órgano fiscalizador, este desapego por la transparencia “denota una manera de actuar por parte de estas entidades ante los órganos de control que convierten en excepción el cumplimiento de la norma y no, como sería lo normal en un Estado democrático, su incumplimiento”.

Denuncia reiterada.

No se trata, como se ha dicho, de un fenómeno nuevo. Como recuerda el Tribunal de Cuentas, en anteriores informes anuales “se ha venido denunciado de forma reiterada el deficiente nivel de cumplimiento, en tiempo y forma, por parte de las entidades locales de la obligación de rendir cuentas de su gestión”. Incluidos los órganos de control externo dependientes de las comunidades autónomas.

El 15M según la TV France2



France 2 (La segunda cadena de la televisión pública francesa) da su visión justa y poética del 15-M.