jueves, 16 de junio de 2011

Los 7 chakras

No confundir las palabras con la verdad



Animación inspirada en uno de los cuentos publicados en el libro de historietas "El Zen habla", del dibujante y caricaturista taiwanés Tsai Chih Chung.

Deja de luchar contra tus pensamientos. Solo déjalos pasar



"Cambia tus pensamientos y cambiarás tu mundo" (Norman Vincent Peale) .

Un guerrero samurái intenta aquietar su mente, pero es perturbado por un inoportuno pensamiento (simbolizado por una mosca), el cual al ser atacado se multiplica y se convierte en un molesto enjambre. El guerrero consigue superar sus pensamientos (el enjambre de moscas) cuando decide dejar de atacarlos y se dedica a observarlos como quien observa una pintura o un paisaje: esto es, dejar de juzgar, aferrarse o rechazar los propios pensamientos, simplemente hay que dejarlos pasar.

Este cortometraje de animación 3D fue creado por Hanjin Song, como tesis para sus estudios en la escuela de arte y diseño Ringling de Florida, en 2006.

Los recortes sociales, esa triste realidad

¿Qué es el zen?



Animación 3D inspirada en uno de los cuentos publicados en el libro de historietas "El Zen habla", del dibujante y caricaturista taiwanés Tsai Chih Chung.

Las porras policiales sueñan con derribar no los toldos, sino las razones de los toldos.

 Parece mentira, pero no lo han entendido. Las imágenes de los acampados seguramente no bastan para quitarse de encima las costumbres felices y apacibles de una democracia próspera que ha empezado a dejar de serlo, como en otros países europeos. Demasiada gente empieza a sentir que la prosperidad es cada vez más cosa del pasado, que los recortes sociales no son papel mojado sino actuaciones políticas con efectos reales y quizá todavía algo más: que la misma clase política es la única responsable, para bien y para mal, de lo que sucede en el espacio público y no parece que tenga interiorizada esa responsabilidad ante quienes de veras están padeciendo el desempleo, las reducciones de salario o las rebajas de servicios. Eso dice el 15-M y eso decían los concentrados en la plaza de Cataluña de Barcelona imprudente y temerariamente desalojados por el consejero de Interior de la Generalitat Felip Puig.
Hay cálculo político en la actuación de la Generalitat: justificar la violencia frente a indignados y rebeldes
Algunos políticos no entienden que hay un polvorín de gente muy cabreada.
Pero él sí ha aprendido la lección y la chulería innata y conocidísima del personaje acaba de jugarle una mala pasada. La respuesta política del consejero a las protestas por la actuación policial de hace un par de semanas la hemos tenido estos días, y sobre todo ayer miércoles en el parque de la Ciutadella, en cuyo interior está el Parlamento de Cataluña. Desde hacía días tanto Felip Puig como el resto de lectores de periódicos y medios audiovisuales sabíamos que había una concentración programada para impedir el acceso al Parlamento el día del debate del presupuesto. La tarde anterior la afluencia de grupos fue creciente y sobre todo concentrada en dos de los accesos al parque de la Ciutadella, los dos más alejados del Parlamento. Se desalojó el parque y se cerraron las puertas por la noche. Y hasta mañana por la mañana, debió de pensar Felip Puig. De oficio, me parece a mí, todas las alarmas en Interior debían haberse disparado el día antes para proteger el derecho y el deber de acudir al Parlamento a discutir la Ley de Presupuestos. Pero no, por la mañana las puertas de acceso fueron custodiadas por la policía para permitir el paso de los diputados, varios de ellos fueron zarandeados, insultados y acosados pese a la presencia de la policía autonómica, que acabó aconsejando cambiar de ruta o desistir de entrar por ahí.

La coacción de los concentrados contra los diputados es obvia y obviamente reprobable: estaba anunciada ampliamente por ellos mismos. Pero era reprobable en la mañana del miércoles y también el día anterior. La pasividad de Felip Puig no fue desatención o negligencia sino cálculo político astuto e irresponsable: desertó del deber de proteger a los parlamentarios ante la amenaza conocida y yavisible. Pero prefirió no actuar.
El resultado de su inhibición forma parte de la estrategia retadora del personaje: ha dejado actuar a los jóvenes movilizados para justificar ante las cámaras y en horarios de máxima audiencia que la única manera de actuar contra los descontentos, indignados o rebeldes sociales puros es la violencia. Y Artur Mas salió enseguida, en discurso solemne, hablando de violencia callejera y del traspaso inadmisible de las líneas rojas. Lo ha dicho como si no supiese que hay un polvorín social de gente muy cabreada y al borde de la incomprensión, de no saber qué hacer y de tener miedo físico al futuro.

Para demasiados políticos es como si la euforia de sus victorias electorales les hiciese creer que más o menos todo sigue igual y estos enredos no van a desinflar el globo de sus pequeñas victorias, o como si nada demasiado grave estuviese pasando y el movimiento del 15-M fuese una expresión nostálgica del 68 (¡ay, el 68...!) o un residuo menor de la agitación de épocas periclitadas.

Yo creo que se algunos políticos se han olvidado completamente de lo que significa la violencia callejera como reacción explosiva contra el desánimo, el miedo o la sensación de no pintar nada. Cuando los políticos reclaman cordura a los movilizados parecen olvidar que están ahí precisamente para expresar la falta de cordura de obviar sus protestas, de no entender que expresan un malestar de fondo y forma que tiene que ver con la indiferencia de fondo y la tolerancia de forma con que han sido escuchadas y digeridas sus protestas.

Algunos, en nuestras Cámaras de representación política, parecen estar fuera del planeta Tierra; y quizá son demasiados quienes necesitan llamadas tan crudas de atención como la de ayer para comprender que la irritabilidad social, la abstención electoral y el voto en blanco son ingredientes activos del deterioro de la confianza en el sistema y del empobrecimiento contable, material, de las condiciones de vida de muchos ciudadanos (por cierto, entre ellos, muchos, muchos con carrera y estudios universitarios, y no precisamente agitadores profesionales, aunque a este paso vayan a acabar siéndolo).

Artur Mas ha enfatizado la legitimidad de la violencia policial en democracia para preservar la función del Parlamento. Tiene razón: lo que no se comprende es que deba poner énfasis en una obviedad semejante y tampoco se comprende bien si sabe o no sabe que esa declaración es la mejor forma de alimentar una espiral descontrolada de violencia. Las amenazas de su chulo de guardia en Interior y las suyas propias apelando a la legitimidad de la violencia engendrarán indefectiblemente un efecto de violencia mayor en los movilizados.

Tener el monopolio de la violencia obliga a ejercerla con cálculo y previsión, sobre todo cuando se está ya informado de la acción coactiva prevista nada menos que contra parlamentarios. Si no fuese una irresponsabilidad por mi parte, diría que tanta pasiva imprevisión es una estudiadísima desactivación de las razones de los movilizados por la vía de las imágenes televisivas, el humo, las carreras y el acoso (intolerable e inaceptable) a los parlamentarios. O la imagen del caos, como dijo Mas, obviando por completo lo que significan de verdad el caos y la violencia callejera.

Quizá muchos de ellos no han acabado de entender las razones de fondo y forma de una movilización con mayoritario ánimo de regeneración democrática y que precisamente por eso acude a las puertas del Parlamento. De golpe va a resultar que el modo de desactivar al M-15 va a ser convirtiéndolo en agitación revolucionaria de vieja estirpe sin respetar ni entender lo que de veras significa: el rechazo a la debilidad política frente al poder del dinero, la incapacidad para mitigar el alcance social de los recortes y la insensibilidad ante el debilitamiento del Estado social cuando más falta hace. Las porras policiales sueñan con derribar no los toldos, sino las razones de los toldos.

Jordi Gracia es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Barcelona.

Indignados con causa. Desobediencia civil.

Rechazan un sistema político obturado en su representatividad y que es rehén del poder económico


Las relaciones entre el Estado y el sistema capitalista han pasado por tres etapas. En la primera, el Estado –laissez faire, laissez passer– se limitaba a preservar un espacio de libertad y seguridad. En la segunda, el Estado devino intervencionista, para limitar los abusos que la situación anterior propiciaba, mediante la creación del Estado de bienestar. Y en la tercera, ante lo que se juzgó un exceso intervencionista, el sistema capitalista ha optado por suplantar al Estado y ocupar su lugar, mediante un doble proceso de liberalización y desregulación. El banquero Sigmund Warburg lo explicó así: "La Segunda Guerra Mundial fue una guerra entre la democracia y la autocracia, que ganó la burocracia".

En esta fase nos hallamos hoy: el Estado está sometido –como sistema jurídico– a un proceso de desguace por una doble vía de privatizaciones y desregulaciones. Este proceso exige –como todos– una justificación que viene dada por una corriente de pensamiento atisbada por Hannah Arendt, hace años, en La condición humana. Arendt anticipó lo que hoy sucede: el predominio de la mentalidad privado-profesional en la vida de la mayor parte de las gentes, que dejan el espacio público en manos de los políticos profesionales, a los que se limitan a votar periódicamente sin inmiscuirse luego en su gestión.

Se consolida así un totalitarismo permisivo que concede al ciudadano una amplia gama de gratificaciones sensibles, con el fin de que se abstenga de intervenir en los procesos públicos, que son gestionados por expertos procedentes de los grupos de presión surgidos en torno a los poderes financieros. Si añadimos que el sistema de partidos ha mutado en una partitocracia burocratizada, integrada por políticos de hoja perenne, el resultado está servido: una obturación del sistema político, manifestada en una falta grande de receptividad a las demandas de los ciudadanos que no están instalados. Así las cosas, ¿a quién puede extrañar que comiencen a ceder las costuras del sistema, cuando la economía decae y disminuyen las gratificaciones sensibles con las que neutralizar a los ciudadanos?

En este marco se inscribe la reacción de los indignados, expresada en sus acampadas, que supone antes que nada un rechazo frontal al sistema. Por eso son absurdas las descalificaciones de este movimiento, con el pretexto de la falta de rigor e inviabilidad de sus propuestas. Lo que importa no es lo que piden, sino lo que rechazan: un sistema político obturado en su representatividad profunda y que es rehén, hoy más que nunca, del poder económico acumulado por las instituciones financieras. De ahí que las acampadas deban ser percibidas como un síntoma claro de una enfermedad grave.

En resumen: la obturación del sistema político hace que se desborden los cauces de participación establecidos y se pase a la desobediencia civil.


Éste es su pensamiento:
1. La desobediencia civil surge cuando un grupo significativo de ciudadanos se convence de que los canales para conseguir cambios están obturados.
2. No puede equipararse la desobediencia civil con la criminal, porque hay una gran diferencia entre el criminal que se oculta y el desobediente que desafía la ley a la luz del día. Además, a diferencia del revolucionario, el desobediente civil acepta la autoridad existente y la legalidad general.
3. Las sociedades modernas están sujetas a un acelerado proceso de cambio, que el derecho legaliza una vez producido, pero que suele ser resultado de acciones extrajurídicas. Ante este cambio, los canales de participación política de los ciudadanos son muchas veces insuficientes.
4. Por esta razón, a la desobediencia civil le corresponde una relevancia creciente en las democracias modernas: constituye una manifestación extrema del derecho del pueblo a asociarse para reclamar al gobierno o para protestar por sus decisiones.
5. El derecho a asociarse para disentir tiene su fundamento en el hecho de que la obligación moral de cumplir la ley nace del consenso originario fundacional del Estado, que limita el poder de los ciudadanos y fundamenta el poder del Gobierno, pero que no enerva el derecho de aquellos a participar en las tareas públicas.
6. Este consenso originario implica el derecho a disentir, de lo que resulta que la asociación para manifestarse –o para acampar– puede llegar a ser el único medio de acción.

Hasta aquí el discurso de Hannah Arendt, que –es cierto– difícilmente puede ser asumido por un juez a la hora de juzgar, pero sí debe ser tenido en cuenta por los políticos al reaccionar frente a los actos de desobediencia. Las soluciones de fuerza atajan los síntomas, pero no curan el mal. Y la enfermedad existe. Para darse cuenta de ello basta con hacerse esta pregunta: de verdad, de verdad de la buena, ¿quién manda?

Juan-José López Burniol

¿Ahora soy yo el violento?




¿Ahora soy yo el violento? ¿Me robas mis derechos para dárselos a las grandes fortunas y ahora soy yo el violento? ¿Qué es violencia para ti?
Violentos son los Paraísos Fiscales, las SICAV y las Agencias de Calificación. Violentos son los bancos. Es violento nacionalizar las pérdidas y privatizar los beneficios. Violentos son los causantes de 5 millones de parados y de la fuga de jóvenes talentos a países más prósperos. Violenta es la politización del Poder Judicial, los partidos que incluyen imputados por corrupción en sus listas, el salario mínimo interprofesional (641,40€), los contratos basura, los recortes en sanidad y en educación. Violentos son los europarlamentarios que votaron seguir viajando en First Class. Violentos son los sueldos cada vez más altos de los altos directivos del IBEX, violentos son los bonus millonarios a ejecutivos de entidades rescatadas a mi costa, violento es prometerme para camelarme cada cuatro años y luego darme la espalda. Violento es quitarme las ganas. Violenta es la situación de mi amigo Juanma, padre con dos hijos que trabaja su taxi 18 horas diarias para no llegar a fin de mes.

Hoy TODOS los medios de masas (prensa, radio y televisión) se han mostrado indignados con los indignados. TODOS han dirigido sus focos hacia esos cuatro imbéciles aislados que ayer lanzaron piedras, mancharon la chaqueta de una parlamentaria y obligaron al President de la Generalitat a desplazarse en helicóptero (¿?). TODOS (excepto 20minutos) han usado a esos cuatro imbéciles para deslegitimizar el movimiento del 15-M. TODOS, en fin, han cerrado filas en torno a esa otra democracia.
En apenas unas horas los indignados ya hemos dejado de ser demócratas. Ahora, según el cuarto poder en bloque, la verdadera democracia vuelve a estar en el Parlament (y en el Congreso, por extensión); y los auténticos demócratas vuelven a ser esos tipos de sordera selectiva que siguen gobernando y decidiendo de espaldas al pueblo.

Los políticos: AYER y HOY

No más lecciones de democracia

A nadie pueden gustarle los sucesos acontecidos en los alrededores del Parlament. Solo aplaudirá quien busque otra oportunidad para destruir por destruir. La indignación no justifica la coacción, ni la violencia. De cualquier intensidad, contra un diputado o un transeúnte. Pero igualmente justo es reconocer que ese ni es, ni ha sido, el sello del #15M. Más bien, constituye la excepción.

Conviene también poner las cosas en perspectiva para valorar mejor su gravedad. Noviembre del 2005, en los primeros meses del cambio de gobierno bipartito y en el Parlamento gallego: un centenar de alcaldes del PP, perfectamente organizados y sincronizados, interrumpen el pleno desde la tribuna de invitados con un sorprendente repertorio de gritos, amenazas e insultos contra sus señorías. La policía los desaloja con imágenes de espectacular crudeza. A los diputados del PP les pareció tan democrático y tan sano que, al día siguiente, ocuparon ellos la tribuna mientras los mismos alcaldes bloqueaban el acceso al Parlamento. A nadie, ni siquiera a mi, ni siquiera hoy, se le ocurrió decir que el PP fuera un peligro para la democracia, o un movimiento que hubiera traspasado las traídas y llevadas líneas rojas. En muchos de los medios hoy alarmados por el #15M, más bien se culpó al bipartito por insensible. Ya puestos a examinar talantes democráticos, qué decir de esas fiestas de la libertad de expresión y la democracia bien entendida que suponen cada año los insultos y amenazas a Zapatero en el desfile de la Hispanidad; los mismos donde tantos no perciben más que sana ira ciudadana.

La máquina de machacar al #15M ya está en marcha. Si se indignan en Sol, malo para el comercio. Si lo hacen en la Ciutadella, malo para la democracia. Por lo visto, solo pueden indignarse en su casa. Ya solo falta descriogenizar al Cojo Manteca. Inútil consuelo refugiarse en semejante debate para evitar las cuestiones mayores planteadas desde las plazas. No se puede ilegalizar el descontento, ni prohibir la insatisfacción.


No más lecciones de democracia. Por favor. Aún sigue aguardando respuesta el malestar mayoritario por el cínico funcionamiento del sistema. También espera tanta indignación por unas políticas que solucionan los problemas de quienes crearon la crisis feroz y se han hecho ferozmente ricos. La pregunta ya no es qué van a hacer los acampados, o qué piden. La cuestión es qué van a responder las instituciones y actores interpelados.

Ni la democracia real está en las plazas, ni en los Parlamentos se refugian los secuestradores de la democracia. Lo mejor del #15M ha sido su voluntad de recuperar la dimensión deliberativa de la democracia. No caigamos en el error de reemplazar un conjunto de simplezas por otro mayor y más simplón. Para no acabar siendo juguetes rotos de cuatro oportunistas, los indignados deberían tener muy presente la realista sabiduría de Chesterton cuando dijo que no se puede hacer una revolución para tener la democracia, hay que tener la democracia para hacer una revolución.

Antón Losada Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela

Slogans del movimiento 15M

Cuando una imagen vale más que mil palabras...



Los mensajes que expresan el estado de ánimo de un movimiento que ha sacudido muchas conciencias.

Alemania entierra la nuclear y da un papel fundamental a la biomasa

Alemania entierra la nuclear y da un papel fundamental a la biomasaJochen Flasbarth, presidente de la Agencia Federal de Medio Ambiente de Alemania, afirmó durante la 19th European Biomass Conference and Exhibition, que tuvo lugar la semana pasada en Berlín, que su país puede “cubrir la demanda eléctrica con energías renovables en 2050” y que para lograr ese objetivo “la bioenergía tiene un papel fundamental”. El biometano, las algas, la sostenibilidad y la eficiencia se repartieron el protagonismo en 262 conferencias plenarias y presentaciones orales.
Del 6 al 10 de junio se reunieron en Berlín, en la 19th European Biomass Conference and Exhibition, algunos de los actores más importantes y decisivos de la bioenergía europea y mundial. Fue una buena oportunidad para conocer las tendencias del sector, en especial en Alemania, donde el anuncio del cierre de todas las centrales nucleares acelera la apuesta por las energías renovables. Así lo expresó Jochen Flasbarth, presidente de la Agencia Federal de Medio Ambiente, quien sostuvo que "podemos cubrir la demanda eléctrica con energías renovables en Alemania en 2050".



Jochen Flasbarth subrayó que “para lograr esta transición hacia una economía baja en carbono, el papel de la bioenergía es fundamental y es necesario un mayor esfuerzo por movilizar de forma sostenible todos los posibles flujos de biomasa”. Se piensa en la bioenergía sí, pero también en una mejora de su rendimiento y de una adaptación a criterios de sostenibilidad. Una mesa redonda dedicada en exclusiva a este último aspecto concluyó con la necesidad de desarrollar y armonizar sistemas (incluso que ya existen, como los de los biocarburantes) para garantizar la sostenibilidad en las cadenas de la biomasa y evitar impactos sociales negativos y la competencia en desventaja con otros usos.

[...]

Seis centros pilotos de cultivos de algas en el noroeste de Europa
Otras de las grandes protagonistas del encuentro fueron las algas. De hecho, coparon la sesión plenaria de apertura con tres proyectos de demostración financiados dentro del Séptimo Programa Marco de investigación. All Gas, InteSusAl y Biofat tienen un presupuesto total de 31 millones de euros y llevarán a cabo trabajos de investigación y demostración durante los próximos cuatro años. A ellos se añade el Interreg IVB EnAlgae, con un presupuesto de 14,5 millones y el objetivo de crear una red de seis centros pilotos de cultivo de algas en el noroeste de Europa.



Siendo Alemania la anfitriona era lógico que se hablara, y mucho, de biogás. Ahora mismo tiene la mayor capacidad de generación de electricidad de Europa gracias a las 6.000 plantas que estaban en funcionamiento a finales de 2010, que suman una potencia de 2.500 MW. Pero, más que el biogás, fue su transformación en biometano la que acaparó más ponencias y exposiciones. Las presentaciones abordaron normas y tecnologías para la inyección de biometano en la red de gas natural, su futuro como combustible en el transporte e incluso la creación de microrredes de biogás y de biometano.

Más información:
www.conference-biomass.com

Comentarios del profesor Navarro sobre los hechos ocurridos enfrente del Parlamento de Catalunya

Comentarios del profesor Vicenç Navarro a raíz de los hechos ocurridos esta mañana en el parque de la Ciutadella, sede del parlamento catalán.

Uno de los movimientos más positivos que han surgido en la vida política de Cataluña (y del resto de España) ha sido el movimiento definido como el de los Indignados o 15M. Su fuerza se basa en que las causas de su indignación son ampliamente compartidas por la mayoría de la población, como atestiguan las encuestas publicadas en varios medios. Una de estas causas ha sido los recortes del gasto público en las transferencias y servicios públicos del estado del bienestar en Cataluña (y, muy en particular, en sanidad, educación y servicios sociales). Estos recortes se están realizando a pesar de que ninguno de ellos estaba anunciado en el programa electoral de Convergencia i Unió, el partido que ganó las elecciones hace sólo unos meses. Es más, el entonces candidato de CiU, Artur Mas, durante la campaña electoral había subrayado que no haría recortes ni en sanidad, ni en educación. Y ahora lo está haciendo con el apoyo del Partido Popular, cuya suma de parlamentarios significa la mayoría del Parlamento. Estos recortes son impopulares y ello a pesar de que la mayoría de los medios, incluyendo los medios públicos de la Generalitat de Catalunya, tales como TV3 y Catalunya Ràdio, los han presentado como necesarios e inevitables, sin considerar alternativas a los recortes como el aumento de los impuestos de los sectores más pudientes que se han beneficiado durante estos años de los recortes de impuestos, recortes que siempre han contado con el apoyo de CiU y del PP. El gobierno de la Generalitat, y por tanto el Gobierno CiU, tiene plena responsabilidad fiscal para aumentar tales impuestos.

Los recortes del gasto público que afectarán muy negativamente al estado del bienestar en Cataluña, así como otras medidas y propuestas (que cuentan y/o contarán con el apoyo del Partido Popular) dañarán sobre todo a las clases populares. De ahí la gran simpatía de estas clases populares hacia el movimiento de los indignados e incluso en los medios de mayor difusión (tanto escritos, como orales, como visuales), que son de clara persuasión conservadora y/o neoliberal, han aparecido voces de apoyo a tal movimiento, aunque son claramente la excepción. Algunas voces, sin embargo, han sido claramente hostiles, aunque la mayoría han sido condescendientes, considerando al movimiento como gente joven, bien intencionada, pero profundamente equivocada. Esta actitud hacia el movimiento ha persistido hasta hoy, en que un cambio importante ha ocurrido.

LO QUE OCURRIÓ ESTA MAÑANA EN EL PARQUE DE LA CIUTADELLA

El movimiento de los indignados había decidido en su última asamblea hacer un acto simbólico de protesta frente a las decisiones que se iban a tomar en el Parlamento esta mañana, que incluía la apertura de un proceso parlamentario que conduciría a tales recortes aprobados por CiU con el apoyo del PP. En este acto simbólico se incluía rodear el Parlamento con una cadena humana, protestando por las decisiones que se iban a tomar en el Parlamento, dificultando además el acceso al mismo por parte de los parlamentarios. Estaba claro que una consigna de este movimiento (como consta en su web) era ser meticulosamente antiviolencia, habiendo enviado la consigna a todos los participantes. Esta consigna no se respetó y hubo unos grupos no representativos del colectivo general que cometieron actos de violencia, agrediendo a algunos parlamentarios (paradójicamente algunos parlamentarios de partidos de izquierda que iban a oponerse a tales recortes).

A partir de entonces ha habido un intento de los medios de mayor difusión de utilizar los actos irresponsables de algunos grupos poco representativos del movimiento 15M para desacreditar a todo el movimiento. Hubo una movilización masiva, incluyendo de los medios públicos de la Generalitat para desacreditar tal movimiento. De ahí que me vea en la necesidad de hacer las siguientes declaraciones:

1. Mi apoyo al movimiento de los indignados, a su causa y a sus métodos no violentos. Son continuadores de las generaciones anteriores que lucharon y luchamos por la democracia durante la dictadura y otras, más tarde, que lucharon para mejorarla. Como indiqué en una charla en la Plaza Cataluña a los indignados la semana pasada, tienen que ser conscientes de que son herederos de nuestros padres que perdieron la Guerra Civil defendiendo la República democrática, de mi generación que en los años 50 y 60, en condiciones muy duras, luchamos contra la dictadura y de los trabajadores que con sus huelgas forzaron la caída de aquel odiado régimen en los años 70. De ahí su enorme valor y responsabilidad, en su intento de reformar la democracia tan incompleta y el bienestar tan insuficiente que todavía existe en Catalunya y en España treinta y tres años después de terminar la dictadura.

2. Su gran fuerza deriva de tener razón, tener la simpatía de la mayoría de la población y ser herederos de otros que lucharon para alcanzar la democracia que el pueblo catalán y los pueblos de las otras naciones de España se merecen. Ello conlleva también una gran responsabilidad, lo cual implica que deban organizarse y excluir de sus movimiento a aquellos que con sus métodos violentos (que hasta ahora son una minúscula minoría) hacen al movimiento muy vulnerable a que pierdan el recurso más valioso que tienen, que es el apoyo de las clases populares. La estructura de poder en Catalunya y sus medios son enormemente poderosos y utilizarán todos los medios para desacreditarlos. De ahí la necesidad de organizarse, lo cual no quiere decir convertirse en partido o cualquier otra asociación, sino tener un criterio claro de pertenencia y de acción con un compromiso de no dar pie a que el adversario te destruya.

De ahí que deben reconocer que fue un error (tal como se lo comuniqué cuando lo estaban planificando) el intentar evitar el acceso de los parlamentarios al Parlamento, puesto que ello conllevaba un elevado riesgo de violencia y además asumía erróneamente que todos los políticos son iguales, postura que también había criticado en la presentación del domingo en Plaza Cataluña. Las fuerzas democráticas quedan debilitadas enormemente cuando estos errores son utilizados automáticamente para desacreditar al movimiento, como está ocurriendo ahora. El objetivo de un movimiento reformista no es la anulación del Parlamento, si no su necesaria y urgente mejora, exigiéndole que sea más sensible a los deseos ciudadanos y que no lo sea sólo cada cuatro años para, al día siguiente de salir elegido, hacer lo contrario.

3. Lo que ha ocurrido esta mañana no debe ocultar que la causa mayor de tales disturbios son aquellos políticos gobernantes en Cataluña y sus aliados, el PP, que están actuando de una manera antidemocrática, llevando a cabo políticas que no estaban explicitadas en sus programas electorales. Como bien dijo recientemente el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, en su denuncia a los recortes de gasto público social de David Cameron, en Gran Bretaña, recortes que tampoco habían sido anunciados en su programa electoral, “el gobierno no tiene ni moralidad, ni legitimidad democrática para llevar a cabo estos recortes, excusándose bajo el argumento de que el déficit del Estado era mayor del esperado”. Como dijo tal dirigente eclesiástico británico, la rapidez con que el gobierno ha hecho estos recortes muestra claramente que esto ya estaba planificado. Es una lástima, aunque sea predecible, que los mal llamados “portavoces de la moralidad de Catalunya y de España” no hayan hecho declaraciones semejantes. Es un indicador de su baja calidad moral y escasa conciencia democrática que las autoridades eclesiásticas hayan permanecido silenciosas frente a tales recortes no programados en las ofertas electorales de sus partidos afines.

4. El argumento que se está utilizando más en el discurso político y mediático en Cataluña es que tales recortes son necesarios debido a la presión de los mercados financieros. Esta nota es plena admisión de que la democracia no funciona en Cataluña (y en España), puesto que nadie ha elegido a estos mercados. Pero la realidad es que no son los mercados los determinantes de estos recortes, puesto que éstas y otras medidas, como la desregulación del mercado de trabajo, son las medidas que los grupos que predominantemente apoyan y financian a CiU y PP han estado deseando que se hicieran, mucho antes de que aparecieran los mercados financieros.

5. Aunque la crítica mayor del movimiento 15M es hacia los partidos conservadores y neoliberales, el hecho es que también incluye a fuerzas y partidos políticos de izquierdas, que han también realizado políticas criticables en Cataluña e inaceptables en España. Debieran hacer una autocrítica más profunda de la que están realizando.

6. La democracia catalana y española es dramáticamente insuficiente. Indicadores de ellos son múltiples. Uno de ellos es que en las últimas elecciones municipales los votos a los partidos de izquierda suman más que los votos a los partidos de derecha. Y si a ellos se suman los votos en blanco y la abstención (la mayoría de izquierda, según muestran los sondeos de intención de voto), resulta que Cataluña continúa siendo un país de izquierdas y centro izquierda. Y es también interesante resaltar que incluso muchos votantes de centroderecha y derecha simpatizan claramente con políticas redistributivas y políticas expansivas del estado del bienestar, con una reforma fiscal profunda y progresista. De ahí que haber ganado unas elecciones no es suficiente para llevar a cabo políticas que no cuentan con un apoyo amplio de la sociedad. Como consecuencia, la distancia entre los gobernantes y los gobernados se está ampliando peligrosamente, cuestionando la propia legitimidad del sistema democrático, lo cual es sumamente preocupante para todas las personas que hemos luchado por tener democracia en este país.

7. La democracia no es sólo democracia representativa (que en Cataluña está muy limitada), sino democracia directa y participativa. Democracia no es sólo votar cada cuatro años, democracia es también la participación ciudadana a través de varias formas y modos, tales como referéndums, formas comunitarias y asamblearias de participación, y otras formas de intervención más directa y menos delegada por parte de la ciudadanía. La transición inmodélica de la dictadura a la democracia se hizo en términos muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban el estado. De ahí que tengamos una democracia que parece temer a la población, limitando enormemente las vías de participación. La población no tiene mecanismos para corregir decisiones que no tienen el apoyo popular, limitándose a expresar su frustración cuatro después del voto anterior. Esto es lo que está pasando hoy en Cataluña. El gobierno está proponiendo y haciendo políticas que no estaban en su programa electoral, lo cual también está ocurriendo con el gobierno español. Ello explica el enorme descrédito del partido gobernante español. No es democrático en Catalunya decirle a la población frustrada e indignada que se espere cuatro años más.

8. Para que exista una democracia es necesario que los medios de comunicación sean plurales y diversos ideológicamente. Esto no ocurre en Cataluña, como lo muestra que el mayor debate que ha tenido lugar en Cataluña sobre los recortes ha sido como hacerlos, sin nunca (o casi nunca) incluir voces que presentaran otras alternativas como la corrección de las políticas fiscales regresivas que se han ido siguiendo estos últimos años. Por cada recorte hay una alternativa que ni siquiera se ha considerado en el debate mediático. Uno de los mayores problemas que tiene la democracia catalana y española es precisamente esta falta de diversidad ideológica de los mayores medios de comunicación,

9. La criminalización de este movimiento 15-M por parte de un número significativo de estos medios es profundamente antidemocrática y es una defensa grosera y vulgar del pensamiento conservador y neoliberal dominante en tales medios que está asfixiando a este país.

10. La violencia debe denunciarse, ya sea física, oral o emotiva. De ahí que los que agredieron a los parlamentarios deben denunciarse con toda intensidad. Pero los medios que están utilizando esta evidencia para desacreditar a un movimiento auténticamente democrático y no violento, debieran también denunciar y condenar la violencia de la policía y sus responsables, así como los insultos y las agresiones verbales que realizan algunas y algunos periodistas que abusan de su forum público (pagado por todos los ciudadanos) para insultar constantemente a aquellos con los que están en desacuerdo (casi siempre son de izquierdas) y que saben que no les pueden responder porque no tienen acceso a tales medios. Esto es también violencia.

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Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España
www.vnavarro.org

El salario mínimo interprofesional en la UE

El salario mínimo interprofesional español en el no tan lejano 2009 era de 624 euros, y en 2010 se cifra en 633 euros, una cifra que no produce otra cosa que no sea risa al intentar pagar una hipoteca, recibos o, simplemente, la cesta de la compra. Pero la verdadera sensación de estafa aflora cuando comparamos esta irrisoria cifra con el resto de nuestros compañeros europeos, adjetivo del que se jactan todos los políticos españoles.

Cuando nuestros políticos hablan del incremento salarial del obrero y se estrujan las meninges para ver cuánto es lo máximo que le pueden subir sin que se resienta la economia del pais, uno no tiene más remedio que pensar en la subida de sus propios sueldos. Dicen ellos que ganan mucho menos que los diputados de otros paises, pero no piensan ni por asomo en lo mucho más que gana cualquier obrero europeo en comparación con el español.
Es verdad que estamos en crisis; también es verdad que la crisis afecta a Europa, pero la crisis poco les afecta a ellos y a sus sueldos. !Y eso que no pagan impuestos!

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Viendo el siguiente cuadro saltan a la vista varias conclusiones indignantes.

PAIS SALARIO MIN. INTERPROF. €
Luxemburgo.........................................................1.610
Irlanda........................................................... 1.462
Holanda............................................................1.357
Bélgica............................................................1.336
Francia............................................................1.321
Gran Bretaña.......................................................1.148
Grecia...............................................................681
España............................................................... 633
Portugal.............................................................497
Polonia..............................................................334
Rumanía..............................................................137
Bulgaria.............................................................112

* Fuente: salariominimo.es. Datos extraídos de la Oficina Estadística Comunitaria

Estrategias del poder para desprestigiar movimientos sociales

el caso #parlamentcamp

Pese a que en el momento de escribir esto la concentración en el parque de la Ciutadella de Barcelona de #acampadabcn, #parlamentcamp , está todavía en vivo ya, es fácil distinguir una estrategia efectiva de los poderes establecidos para desprestigiar al movimiento ciudadano. Es de manual.

Veamos los acontecimientos:
Desde el movimiento de #acampadabcn se avisa que el día 14 por la tarde y el día 15 se realizará un acto en la sede del Parlament de Catalunya para intentar que los parlamentarios no accedan a la sesión en la que se debatirán y votarán los recortes presupuestarios. La idea es hacer una cadena humana y acampar la noche allí. Por supuesto, una cadena humana nunca ha evitado que un parlamento se pare por mucho tiempo pero es una clásica forma de protesta. Este aviso es público y transparente, así que cualquiera puede saberlo.

Cierran la Ciutadella

Llega el día 14, y al mediodía fuerzas gubernamentales cierran todo el recinto del parque público. Como se puede comprobar siguiendo el enlace anterior, el Parlament es tan sólo una zona del parque y con que la policía hubiera acordonado su acceso inmediato hubiera sido suficiente. Pero no, han cerrado todo el parque a todo visitante y han colocado parejas de policía vigilantes cada cuatro o cinco metros, tal como se aprecia en el vídeo de arriba. Aquí hay gato encerrado.
La tarde del martes 14 de junio de 2011 la gente está todavía más indignada pues le parece excesiva la medida del gobierno, pero la cosa no va a más y la ciudadanía se concentra y hay una protesta pacífica. Pese a ello, la estrategia del poder todavía no es vislumbrada por muchos.



La trampa

Pero cuando llega la mañana del día 15 ya es otra cosa. Las cartas están boca arriba. El mecanismo de difamación y victimismo del poder comienza a funcionar. Las mentiras, falacias y desinformaciones empiezan a aparecer en lo medios, junto a los lameculos del establishment en las redes sociales. Es de destacar el bonito ejemplo de parcialidad gubernamental del programa dels Matins de TV3. La máquina aplastante del discurso oficial hace su efecto: es intolerable que los representantes del pueblo no puedan acceder al Parlament.
Además, hace su entrada la gente contratada para el trabajo sucio. Infiltrados de la policía que se dedican a excitar a unos manifestantes hetereogéneos y en su mayoría jóvenes. Las autoridades deben pensar: “es pan comido“. Y es cierto, consiguen que haya unos pocos actos incívicos puntuales que luego se magnifican y propagan como si fuera el ejemplo normal de la mayoría de concentrados. La gente de buen parecer no puede asociarse con esa gentuza bárbara que ataca a los políticos que lo único que quieren es hacer la función para la que fueron elegidos por la mayoría del pueblo…

 

Estrategia de manual

 

El poder no se mantiene por una orden divina que lo haya puesto ahí por los siglos de los siglos. Existe una literatura abundante que le permite actuar de una forma determinada en cada momento. Como por ejemplo el clásico libro Propaganda de Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud. En él se muestra cómo de sencillo es que una minoría adiestrada puede manejar a una mayoría insospechada. A partir de aquí sólo es cuestión de aplicar los fundamentos. Y vaya que sí lo hacen bien.
En este caso, para desprestigiar a un movimiento pacífico hay que demostrar ante la opinión pública que en realidad no es tan pacífico como lo pintan. Para ello, han actuado con estos cuatro sencillos pasos:
  1. Se ha bloqueado el paso a todo el recinto con la excusa de proteger el Parlament. Ello causa molestias innecesarias al resto de la ciudadanía que no participa en las protestas. Además, en la mañana del 15 han cortado la línea de metro más cercana al lugar, también con esa pretensión. Cuando los trabajadores lleguen tarde al trabajo dirán: “ha sido por culpa de esos indignados.
  2. Al cortar el acceso al lugar propuesto de actuación de la protesta pacífica y rodearlo con una excesiva fuerza policial consiguen aumentar el nivel de ilógica de los manifestantes: “¿Qué hacen? Todo esto es innecesario.” Con ello, además, les ha producido un sentimiento de frustración al no poder acanzar su objetivo.
  3.  Al bloquear ellos mismos el paso, pero haciendo ver que es culpa de la protesta, los parlamentarios no pueden acceder por las entradas habituales y el discurso propagandístico habitual exclama: “No se puede impedir entrar en el Parlament a los legítimos representantes.” Las bocas de los políticos se llenan de democracia, manchando su significado, como siempre. Por supuesto, el President Artur Mas, en un acto teatral, accede al recinto en helicóptero y declara: “Es intolerable.” Que les den un Oscar [TM].
  4. Y con el ambiente caldeado, la secreta hace su aparición y provoca breves actos incívicos que son magnificados en cuanto se realizan contra unos políticos. Por supuesto, empieza a aparecer el discurso de que éstos son actos que desprestigian a todo el movimiento y presionan para que la gente de bien comience a desmarcarse.
Y en esa estamos…

Pues no todos somos corderitos ilusos

 

El problema de estas estrategias es que están ya muy vistas. Pese a que todavía funcionan en la mayoría de la población cuyo único acceso informativo es el de los propios medios gubernamentales y adyacentes, es también cada vez más la cantidad de ciudadanos que estamos vacunados.
Podemos pensar que es una pequeña derrota y que esta vez se han salido con la suya, pero en realidad no es así. Sólo han demostrado una vez más lo que son capaces de hacer para desprestigiar a un movimiento ciudadano, que tiene razón en su indignación. Estoy seguro de que vamos a ver todavía muchas más estrategias parecidas o peores, sin embargo, las reglas han cambiado. Y han cambiado de una manera que todavía estos señores del poder no pueden ni empezar a comprender: los manuales ya no se imprimen en papel.
En fin, que cómo última cosa, sugeriría por precaución que las acampadas formaran comisiones de jugadores de ajedrez para anticipar las jugadas y estar preparados para situaciones como las de hoy. Una buena prevención siempre será la mejor cura.

Sólo con unión se consigue la fuerza...

Por el Parlament las cosas han estado calentitas.. Lo más difícil de todo no han sido los disparos ni los botes de humo.. Sino echar de allí entre todos a los 4 alborotadores que aprovechan estas manifestaciones para responder violentamente. En consecuencia a las acciones violentas pero aisladas de estos pocos, el movimiento 15M, para mi tan digno, adquiere cierta mala imagen, se genera división interna y pone a los medios de comunicación y a mucha gente en nuestra contra..
Mientras exista esta división y no la unión, no tendremos fuerza.. Mientras no nos pongamos de acuerdo y no vayamos todos a una con el mismo objetivo, no tendremos fuerza y no llegaremos a la gente.. Mientras no tengamos a los medios de comunicación de nuestra parte, no llegará nuestro importante mensaje a la mayoría de la gente y si el mensaje no llega a la mayoría de la gente, como nos dijeron los representantes de Islandia, por muy concienciados que estemos unos cuantos, no tendremos fuerza..