jueves, 26 de mayo de 2011

Reforma de la ley orgánica del régimen electoral general.

Una de las principales reivindicaciones del Movimiento 15M es la reforma de la ley orgánica del régimen electoral general. Dicen que es tremendamente injusta y que está diseñada para favorecer el bipartidismo y “cargarse” a todos los demás partidos. Por otra parte, esos otros partidos son minoritarios, no porque la gente les vote menos, sino porque tienen menor representación que los grandes.

Pero, ¿es realmente tan injusta la ley electoral española? Veámoslo:

Desde 1985, año en que se promulgó dicha ley, el sistema de recuento de votos es el método de D`Hondt. El sistema favorece un poco a las mayorías, pero la verdad es que no es ese el mayor de los problemas. Para ahondar en la cuestión debemos irnos a los artículos 68 y 69 de la Constitución Española, donde se dice que los representantes serán elegidos tomando como unidad de recuento (circunscripción) la provincia. Además, hay que alcanzar un mínimo del 3% de los votos en una provincia para obtener representación. Esto consigue que, si pocos votos están concentrados en pocas provincias, se consigue más representación que si muchos votos están repartidos por muchas provincias.Un poco lioso, ¿no? Vamos a poner unos ejemplos:

  • En las elecciones generales del 2000, IU obtuvo 1.263.043 votos y 8 diputados, mientras que CiU, con 970.421 votos, obtuvo 15 diputados. Trescientos mil votos menos y casi el doble de diputados. La razón es que los votantes del partido catalán estaban concentrados en Cataluña, y los de Izquierda Unida repartidos por toda España.
  • En las elecciones generales del 2008, UPyD (el partido de Rosa Díez) consiguió 306.079 votos y un solo diputado. Por su parte el PNV, con 306.128 votantes, sacó 6 representantes vascos en el congreso. Las mismas muestras de apoyo y ¡seis veces más representación!
  • Ese mismo año, CiU (779.425 votos) sacó 10 diputados pero IU (969.946 votos) sólo obtuvo 2. No está nada mal, con 200.000 votos menos sacas cinco veces más representación. Algo falla.
  • En las elecciones generales de 1993, la Coalición Canaria obtuvo 4 representantes con 207.077 votantes, mientras que el ya extinto CDS, con 414.740 apoyos, ¡no consiguió ningún diputado! Claro, sus votos no estaban tan concentrados como los de los canarios, así es normal.

Y todo esto ocurre por la circunscripción provincial, que beneficia a los partidos grandes y perjudica enormemente a los minoritarios que, precisamente por el sistema de reparto de escaños, son cada vez más minoritarios. La gente se da cuenta de que es difícil que estos partidos pequeños alcancen representación y decide no votarlos, dando su apoyo a uno u otro de los mayoritarios, pensando que así aprovechan mejor su voto.

Por lo tanto, esta ley es aberrantemente injusta y debe ser modificada con carácter de urgencia.

Algunos propusieron recoger 500.000 firmas para llevar la propuesta al congreso, pero al tratarse de una ley orgánica sólo los grupos que ya están en el poder pueden proponerla, según la Constitución. Evidentemente, los partidos mayoritarios la rechazarán ya que les perjudica enormemente. Los diputados que corresponderían a los votos que no alcanzan el 3% en las provincias se reparten entre los que sí tienen representación y ahí es donde sacan la tajada extra los grandes.

Una injusticia difícil de salvar ya que los jueces son, a la vez, parte interesada.

La verdad nos hará libres.

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